Cuando se habla de acero galvanizado se hace referencia a un metal que cumple procesos electroquímicos. Debido a su acabado liso y pulido recubierto de zinc, muchos se preguntan si es posible pintar el acero galvanizado, especialmente en un techado de lámina.
La respuesta a esa pregunta es afirmativa, pero, antes de poner manos a la obra, resulta necesario tomar en cuenta algunas consideraciones.
De no cumplir con ellas, la acción de pintarlo será compleja y costará conseguir ese resultado perfecto. A continuación, en Esmeteva te contamos cómo realizar esta transformación de manera efectiva y sin complicaciones
Consideraciones antes de pintar el acero galvanizado
Esmeteva recomienta que, antes de iniciar el proceso para pintar el acero galvanizado, deberás tomar en consideración:
● Cantidad de tiempo disponible. Contar con el tiempo necesario te permitirá obtener un buen resultado.
● Leer y analizar las instrucciones proporcionadas por los fabricantes, para lograr una buena imprimación.
● Deshacerse de todo el acero viejo y oxidado, para esto se puede utilizar una hoja de lija o un cepillo de alambre.
● Cubrir el acero galvanizado al menos con dos capas de pintura para conseguir un buen acabado, dependerá de los casos.
● Una vez finalizado el proceso, será posible hacer uso de un esmalte del color de tu preferencia.
Pasos para pintar el acero galvanizado
El acero y el zinc se unen a través de un fundido caliente, creando así el recubrimiento protector que podría durar hasta 50 años o más. Esto lo convierte en una de las soluciones más asequibles para resguardar las estructuras del óxido o la corrosión. Si bien es un material fuerte, suele pintarse para brindar mayor protección o con fines estéticos. Los pasos para realizar este proceso son:
1. Limpia la superficie
Antes de iniciar este proceso es importante destacar que no resulta tan complejo como algunos creen. Además, no guarda mucha diferencia en comparación a pintar superficies desgastadas por el tiempo. Una vez dicho esto el primer paso consistirá en eliminar cualquier resto de óxido. Utilizar una lija, cepillo de alambre o espátula podría facilitar el trabajo. Para saber si cuentas con una superficie perfecta deberás verla homogénea.
2. Perfecciona el resultado
Luego de lijar y deshacerte de cualquier residuo no deseado, deberás eliminar el polvo y cualquier otra partícula que se pudiera haber quedado adherida. En este paso recomendamos la implementación de disolvente, a través un trapo de algodón impregnado por este mismo líquido. De esta manera lograrás perfeccionar el acabado de la superficie.
3. Consigue herramientas óptimas
Al realizar este tipo de imprimaciones podría ser compleja la adhesión, por ello utilizar herramientas como una pistola podría ser de las mejores ideas, debido a su finura. Con esta afirmación te contamos que, mientras más gruesa sea la capa, el acabado se deteriora más rápido. Es un mito que el máximo grosor aporta mayor protección, ya que con el tiempo este se cuartea por las dilataciones, tensiones o vibraciones del propio material.
Nosotros aconsejamos la aplicación de dos capas finas, en donde solo la primera deberá contar con una ligera mezcla de disolvente y baja presión de aire. Entre cada capa deberás ser paciente y esperar a que seque. El proceso de secado debe ser perfecto para lograr el resultado que tantas esperas.
Si deseas tener más información sobre los techados de lámina, no dudes en comunicarte con nosotros, en Esmeteva estamos para servirte.
Related Posts
En esta entrega te hablaremos sobre los puntales...
Posturas para soldar y su importancia.
En este artículo te queremos platicar sobre las...